NO ME DEJES MARCHAR


No recuerdo cuando fue la última vez que un libro me hizo sentir emociones tan fuertes y profundas, si, me he emocionado hasta las lagrimas, he llorado una y otra vez mientras lo leía, y casi lo hice de un tirón, lo empece ayer y esta mañana me levanté temprano, me he preparado un café y cómodamente sentada en mi rincón favorito retomé la lectura, solo hice una breve pausa para un segundo café y agenciarme un paquete de clines para terminar de leerlo.

Argumento: En su vigésimo cumpleaños, Jeremy declara su pasión a Victoria, la mujer a la que ha amado desde que era niño, y es rechazado. Desesperado, decide que Dios es responsable de su dolor, y en un gesto de desafío decide quitarse la vida. Inexplicablemente, la luz de un nuevo día lo despierta, y Jeremy descubre a su lado a Victoria, que lo mira enamorada. Ha pasado un año. Loco de alegría, vive un día de felicidad, rehusándose a hacerse preguntas sobre las razones del milagro. Esa noche cae en un extraño sopor y, al despertar, ha pasado otro año… Jeremy vive un ciclo inexplicable e incontrolable, que plantea cuestiones turbadoras: ¿Se trata de la respuesta de Dios a su desafío? ¿Dónde está la línea que separa el sueño de la realidad, la vida de la muerte?

Una extraña y bella historia de amor que permanece en nuestra memoria mucho después de haber leído la última página.

Es una novela extraña que nos hace comprender el valor de la vida, toda ella es un grito, una suplica, un deseo profundo de vivir, en la que el protagonista, un joven desesperado por el rechazo de la persona a la que ama, decide quitarse la vida culpando a Dios de su sufrimiento, y en este tránsito entre la vida y la muerte vive una historia, una historia en la que se da cuenta de que solo él es el culpable de su sufrimiento y su tortura, y que con sus actos ha ocasionado la crispación, el miedo, la infelicidad de sus seres queridos, se siente atormentado e incluso maldecido, y su subconsciente ha urdido una vivencia tan desgarradora, una alucinación que precede a la muerte, en su ofuscación ve su vida como un agujero negro que absorbe la luz, un largo túnel cuyas aberturas, demasiado espaciadas, le permiten ver el resplandor del sol y en esos instantes de lucidez, antes de volver a sumergirse en la obscuridad, es cuando siente la necesidad imperiosa de burlar al destino y castigarse a si mismo para que sus seres queridos puedan ser felices y vivir en paz.

Pues "Ante la muerte , por lo visto hay que justificar la utilización de la vida de uno para merecer que la nada se transforme en plenitud" según palabras del autor

Comentarios

Ojosnegros ha dicho que…
Morir de amor. A veces, el amor es una telaraña que teje uno mismo en su cerebro y lo que es un sentimiento pleno se convierte en prisión. Para reflexionar...y mucho. Besos.
fonsilleda ha dicho que…
Ésta será la 2ª vez.
Decía yo, en el otro comentario perdido, que un libro puede gustarte (incluso mucho), pero cuando te hace vibrar así, es estupendo.
Me alegro por ti.
Bicos.

P.D. Espero que ahora vaya
Juanjo Montoliu ha dicho que…
Un libro interesante, por lo que cuentas. Me gusta esa idea de que gran parte de lo que nos pasa es responsabilidad nuestra, para lo bueno y para lo malo. Muy diferente a la tendencia actual a echar siempre las culpas a otro de lo que nos pasa.
oliva ha dicho que…
Me ha gustado tu recomendación y cita sobre este libro. Realmente tienes razón, nosotros somos "él es el culpable de su sufrimiento y su tortura, y que con sus actos ha ocasionado la crispación, el miedo, la infelicidad de sus seres queridos, se siente atormentado e incluso maldecido, y su subconsciente ha urdido una vivencia tan desgarradora...".

Me estoy dando cuenta que mi comentario coincide con el anterior Juanjo, pero coincido: depende de nosotros tomar una opción u otra, a esto se refiere la libertad individual.

Gracias por esta presentación, no conocía nada de este autor.

saludos.
matrioska_verde ha dicho que…
pues tal y como hablas del libro parece que merece la pena, lo tendré en cuenta.

yo creo que sí que tenemos mucha responsabilidad de las cosas que nos pasan, aunque también creo en el destino y por eso hay cosas que por mucho que nos empecinemos no conseguiremos jamás, aceptar esto implica que no hay que frustrarse y seguir adelante, eligiendo entre lo que nos va deparando el futuro.

la muerte... he deseado la muerte más de una vez, no siento miedo de decirlo, he estado tan triste que he querido morir, pero también he comprendido que la vida vala más y por eso hay que luchar.

la muerte es la nada no soy creyente), y la vida lo que es tangible: mi hija, mi familia, mi amor, mi trabajo, mi casa... mi mundo.

biquiños y que te arreglen prontito el ordenador.
irene ha dicho que…
Los libros nos hacen vivir miles de historias, y aprender de ellas, no lo he leído pero seguro que estaría de acuerdo en que nadie es culpable, casi nunca, de nuestro destino, sólo nosotros mismos.
Tendré en cuenta el título cuando termine varios que tengo en espera.
Besos, Chus.

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