SUCEDIO UNA TARDE DE OTOÑO

Y allí estaba ella,
caminando pensativa hacia la playa,
puede ser que algún amigo, tal vez su amante,
la esté esperando.
Con paso firme, dueña de si, señora de sus actos,
se dirige a la orilla,
necesita encontrarle, hablar con él, respirar sosegado,
dejar aflorar su dolor y su tristeza,
que broten las palabras para poder sentir el amor y la alegría.
         Chus

CERRAR LOS OJOS, VOLVER A ABRIRLOS, VER MÁS ALLÁ QUE EL OTOÑO DE LA VIDA







Comentarios

Ligia ha dicho que…
Muchas gracias por tu visita y comentario en miblog. Con tu permiso, doy un paseo por tus colores. Abrazos

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