LAS BARRERAS DE MI VIDA


Soy yo quien pongo las barreras en mi vida, y yo,  y solo yo tengo la respuesta  que llevo años buscando, pero estoy ciega y no puedo verla, por eso me pierdo por el camino y a veces me dejo guiar por lo que los demás me señalan, y el día a día amanece cargado de esperanza  e ilusión para trocarse luego en  desazón y lágrimas.
Tengo que aprender a aceptar que mi gordura está ahí, en lugar de esperar un milagro que lo solucione, solo yo  tengo esa solución, me he pasado media vida batallando con el sobrepeso y cuando hacía más de una década que creía que lo tenia controlado, los avatares de la vida me han hecho caer de nuevo.

¿Soy o no soy feliz?. Difícil pregunta pero más difícil es la respuesta.

¿Porqué?. ¿Cómo puedo ser feliz, si mi sobrepeso pesa en la felicidad de los qué me rodean? Todo son barreras y esas barreras no me dejan ser yo misma, ni las lagrimas, ni la autocompasión me ayudan o sirven de estimulo, solo la certeza y el convencimiento de que puedo seguir adelante me puede dar  la fuerza necesaria  para cambiar el chip de mi vida.
¿Quién soy realmente?, ¿de qué estoy hecha?. ¿De miedo, de silencio, de tristeza, de reproches,…. O de ilusiones, alegría y esperanza?.
Vivir de prisa,  es vivir  sin pausa en este mundo lleno de agitación, de vanidad, de orgullo.
Para llegar a buen puerto hay que caminar ligera dejando las prisas a un lado,  con calma, sin agobios, en la vida, hay que tachar la palabra imposible, lo que sucede es que la mayoría de las veces desconocemos lo que somos capaces de hacer hasta que realmente lo llevamos a cabo.
No hay nada imposible para una voluntad enérgica” decía Pío Baroja.
Quizás me falte la motivación,  el apoyo y la confianza necesaria para conseguirlo, en el fondo necesito de ese hombro amigo en el que apoyarme, que confíe en mi, y que me recuerde casi a diario que puedo hacerlo, he superado situaciones que creía imposibles, pero esta vez me cuesta tanto, no quiero ir de victima por la vida, la buena o la mala suerte no existen, tengo que sentir, tengo que creer que lo voy a conseguir para acabar consiguiéndolo.


¿QUE SOLUCIONES SE ME OCURREN?
Hacer ejercicio, bueno me conformo con dar unos paseillos diarios.
La actividad física estimulará la segregación de las hormonas del bienestar.
Dedicarle un tiempo (del que carezco) a la diversión. Eso no significa  salir de juerga todos los fines de semana, sino que debo ser yo misma y utilizar el humor como herramienta diaria. Todo esto, claro está,  complementado con una dieta sana y equilibrada.




Las ilustraciones son de Daniela Giarratana

Comentarios

matrioska_verde ha dicho que…
mira, yo creo que exponer abiertamente tu corazón,tal y como has hecho ahora, ya es un primer paso, de verdad.

hace muchos años que practico ejercicio regularmente, a veces me cuesta un triunfo llegar al gimnasio o salir a caminar pero una vez que llego al gimnasio o me veo en la calle, me siento mejor.

básicamente empecé con el ejercicio por recomendación del psicólogo y la verdad es que me ayuda mucho a liberar preocupaciones además de que físicamente me hace sentir mejor.

voy al pabellón de narón, en frente a Mercadona, y hay un buen grupo de personas en gimnasia de mantenimiento: lunes, miércoles y viernes a las 6, 7, 8, 9. Tienes horario donde escoger, fíjate; te lo recomiento.

verás, yo he engordado estos últimos años, la menopausia, dejé de fumar... pero el hecho de que sé que intento cuidarme yendo al gimnasio o a caminar, hace que no me fustigue tanto porque la verdad es que me encaaaaanta comer.

lo que tienes que hacer, antes de nada es dejar de pensar en lo que piensan los demás... sé tú misma, gorda o flaca, sólo así conseguirás tu paz interior... si tienes kilos de más, acéptate y pon remedio si no te encuentras bien pero porque tú lo decides, no porque te sientes empujada por los demás.

¡que daños nos hace la gente!... no lo permitas.

todos tenemos mucho potencial dentro, déjalo salir, no te encojas, no llores...

te daría un gran abrazo ahora mismo, de verdad porque noto que estás sufriendo... y me recuerda otras etapas mías en que tampoco me gustaba y andaba a la dervia.

mira, esta tarde, a las ocho, me cogí a Ron y aparqué en el muelle... cogimos el paseo hasta La Malata, ida y vuelta, una hora a pasito ligero... los rayos de sol, el verde de los campitos, el aire fresco, la marea... estos paseos son renovadores, con kilos o sin ellos.

empieza por pequeñas cosas y piensa en lo del gimnasio, de verdad; fíjate, mi madre va desde hace años y tiene 72 años, íbamos juntas hasta hace unos meses, en que me cambié para la sala de musculación.

biquiños,

p.d.: a mi vuelta de vacaciones hacemos el intercambio de libros, ok?

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