Los sonidos del silencio
Medio siglo y más, si me paro a pensarlo
casi toda una vida,
mi niñez,
esa bicicleta que nunca tuve.
Ese primer amor,
esas primeras lagrimas.
La Universidad,
mi libertad,
nuevos amigos,
nuevos horizontes que no supe ver,
la vuelta atrás,
el tiempo perdido.
Campanas de boda
a las que se suma la rutina de los días , de los meses, de los años,
la rutina de mi vida.
Ocho años callada, de fracaso, de tristeza, de querer volver atrás
de soñar en silencio una vida paralela.
Y de pronto despierto,
recobro el pulso de mi vida,
un nuevo rumbo, otro lugar, nuevos amigos,
ahora si que abrí los ojos,
de nuevo todo cobra sentido,
perdí la rutina, fui feliz,
volví a la vida.
Quince años intensos, frenéticos, agotadores
Dejando atrás un cigarro tras otro,
sumando kilos, restando horas,
necesito un cambio de aires
busco la calma (qué paradoja)
y caigo en un infierno
descubro la mezquindad, la prepotencia, el arribismo,
el frío del alma de cierta gente con la que tengo que pasar buena parte del día,
fueron siete meses como siete infiernos,
mis amigos en su bondad una vez y mil veces me apoyaron y sobreviví,
y vencí, y salí de allí con la cabeza muy alta.
Casi han pasado cinco años, cinco años muy duros,
pero yo sigo aquí, mirando de frente
Y disfruto con mi trabajo, con mis amigos, con mis aficiones
Y con mi gente.
casi toda una vida,
mi niñez,
esa bicicleta que nunca tuve.
Ese primer amor,
esas primeras lagrimas.
La Universidad,
mi libertad,
nuevos amigos,
nuevos horizontes que no supe ver,
la vuelta atrás,
el tiempo perdido.
Campanas de boda
a las que se suma la rutina de los días , de los meses, de los años,
la rutina de mi vida.
Ocho años callada, de fracaso, de tristeza, de querer volver atrás
de soñar en silencio una vida paralela.
Y de pronto despierto,
recobro el pulso de mi vida,
un nuevo rumbo, otro lugar, nuevos amigos,
ahora si que abrí los ojos,
de nuevo todo cobra sentido,
perdí la rutina, fui feliz,
volví a la vida.
Quince años intensos, frenéticos, agotadores
Dejando atrás un cigarro tras otro,
sumando kilos, restando horas,
necesito un cambio de aires
busco la calma (qué paradoja)
y caigo en un infierno
descubro la mezquindad, la prepotencia, el arribismo,
el frío del alma de cierta gente con la que tengo que pasar buena parte del día,
fueron siete meses como siete infiernos,
mis amigos en su bondad una vez y mil veces me apoyaron y sobreviví,
y vencí, y salí de allí con la cabeza muy alta.
Casi han pasado cinco años, cinco años muy duros,
pero yo sigo aquí, mirando de frente
Y disfruto con mi trabajo, con mis amigos, con mis aficiones
Y con mi gente.
Comentarios
Quizás un buen día nos sentemos a hablar, tendríamos tanto que contarnos...
Precioso, hermosísimo relato
Un besazo grande, sabes que te queremos mucho!