PLATOS CHINOS.

A veces visualizo
a los falsos amigos
como malabares con platos chinos,
quieren que los levantes,
que los sujetes mientras
giran a tu alrededor.
Pero son tan inestables
que cada vez
necesitan más y más atención
hasta que, inevitablemente,
se terminan cayendo,
pretendiendo que pagues
los platos rotos,
acusándote de que
no los cuidaste lo suficiente
y que lo hiciste adrede,
queriendo,
                       pues se siente ...

Yo nunca presumí
de ser malabarista,
como mucho de ser artista.
Y, como de todo se aprende,
aprendí que los verdaderos amigos
no tienen por qué tener siempre
un palo metido en el culo.
Pagan las cuentas a medias,
aunque cojas de su plato,
y avisan cuando hay
una mosca, un interesado
o un pelo en el tuyo.

Tengo pocos amigos
y muchos amagos,
así que a partir de ahora
los que vengan de nuevas
que traigan cubiertos,
vasos y platos de plástico
para tener ocupadas
las malas lenguas, por si acaso,
para ayudar a pasar los malos tragos.

                                                                            Rayden (D. Martinez Alvarez)



Es marzo, los arboles están desnudos, está cayendo toda la nieve que no ha caído este invierno. Todo empezó en verano, miento, todo empezó hace años. Más de una vez me has puesto el corazón en un puño, y he escrito palabras para mitigar el dolor y al releerlas un huracán de emociones me recorre el cuerpo.



Velada historia de un corazón dolido,
el tuyo, el mio.
La historia de un corazón sencillo,
De la artista que necesita el escenario para ella sola.
De aquella que ha sentido tus uñas en su corazón
y te ha pedido una tregua
Tu,  que no dejas cicatrizar los rasguños
que no permites  que un verso se llame poesía.
Ódiame.
Y cuando acabes, abrázame de nuevo, deja aflorar en tu semblante una sonrisa.

Llegó agosto, el paisaje se tiño de invierno,
me callé las verdades,
intenté hacer un alto en el camino,
que el tiempo se detuviera,
superar con desenfado nuestras horas más bajas, pero el silencio no ayudó.

Me puse una capota,
comprendí que no veías más allá.
Decidí dormir un rato, y le dije a mi ego:
"Despiertame, cuando deje atrás su ceguera,
 cuando me valore por mi interior, cuando vea más allá  de esta cubierta."

Oh las musas, que no te dejan ver más allá que a esas modelos de portada, suele pasar, nos acabamos convirtiendo en figurantes de nuestro propio teatro, dejamos de ver lo que tenemos delante y perdemos todo lo que nos rodea, somos tan inestables que cada día exigimos más y más atención, ojalá supieses ver con los ojos del corazón y escuchar con el oído de la razón.

HOY TE DEJO MIS QUEJAS, MAÑANA TE DARÉ LAS GRACIAS, (sigue ahí, no te retires)
Chus. 

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